El pleno acceso al sistema financiero, es hoy en día, pieza clave para el desarrollo y crecimiento de cualquier país. Este, posee especial relevancia para economías en vías de desarrollo como lo es la nuestra. La importancia radica en que el acceso generalizado al sistema financiero nacional, es indispensable para poder generar activos económicos (riqueza) mediante este tipo de herramientas que permitan al individuo o empresa generar valor agregado.
El acceso al financiamiento se entiende como la posibilidad de adquirir recursos para emprender, invertir o ampliar un negocio. En México esta herramienta sería de gran importancia, considerando que la población económicamente activa (PEA) asciende a 58 millones de personas, de las cuales el 54% laboran en la informalidad.
Según cifras de Forbes, actualmente existen 4.2 millones de micro, pequeñas y medianas empresas (MIPyMES) dentro de nuestro territorio nacional, mismas que poseen tal relevancia que constituyen un 95% del total de empresas a nivel nacional, generan el 70% del total de empleos formales en nuestra economía, y aportan un cuantioso 52% del producto interno bruto (PIB). Por tanto, se puede afirmar que este tipo de empresas deben ser consideradas como la columna vertebral de la economía nacional.
Quizás muchos nos preguntemos, ¿por qué es importante el acceso a esta herramienta? El financiamiento del sector privado permite el crecimiento a través de la inversión, creación de nuevas empresas y la reinversión para aumentar la productividad de empresas ya establecidas. Por lo que el crédito debe otorgarse de manera responsable, enfocándose principalmente en proyectos productivos que sean redituables y permitan recuperar la inversión en los mismos, evitando así caer en condiciones de imposibilidad de pago.
Para aquellas personas y negocios que laboran en la informalidad, el acceso a este tipo de herramientas es casi imposible, derivado de su situación. Una empresa informal no está registrada ante el fisco, hecho que limita su acceso a créditos y apoyos financieros. Por lo que el financiamiento a este tipo de agentes está acompañado de muy altas tasas de interés, así como duras condiciones crediticias, dificultando de esta manera su crecimiento y capacidad de desarrollo. Se debe también regular más rigurosamente a instituciones financieras como Banco Azteca o Elektra, quienes su público objetivo son las personas de los estratos sociales más bajos, a quienes constantemente atropellan mediante préstamos y créditos a tasas ofensivas. Generándoles de esta manera condiciones que hagan imposible su pago y con esto deudas vitalicias.
Por tanto, pensando a futuro, se deben implementar políticas gubernamentales propicias que faciliten el tránsito hacia la formalidad, ya que estas medidas traerían consigo una cuantiosa serie de beneficios tanto para privados, como para el sector público. Mismos que irían desde una considerablemente mayor recaudación fiscal por parte del gobierno, hasta un mayor y mejor acceso a servicios públicos de salud, vivienda, pensiones, entre otros beneficios que provee la formalidad.
En suma, a mayores índices de formalidad en una economía, el acceso a los beneficios otorgados por parte de las entidades financieras permitirá frutos como tasas de interés más bajas, así como mejores condiciones, y asesoría personalizada para quienes busquen aprovechar este tipo de herramientas, generando así mejores condiciones para productores, consumidores y la economía en general.